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lunes, 8 de junio de 2015

El gran tiburón blanco

Esta especie de tiburón vive en aguas cálidas y templadas de casi todos los océanos (también en el mediterráneo) . Esta especie data del la época del Mioceno hace más de 16 millones de años, más antigua que los dinosaurios. Su nombre viene dado porque los especímenes con más edad cambian su el color oscuro de su dorso por gris claro y a mayor edad mayor su tamaño, de ahí lo de "gran".

Su cuerpo tiene forma de torpedo, la boca muy grande que siempre deja un poco abierta para que el agua circule por ella y salga por sus branquias para poder respirar. Durante el ataque, las fauces se abren hasta tal punto que la forma de la cabeza se deforma pues la mandíbula se desprende de su cabeza, cerrándose luego con una fuerza 300 veces superior a la de una mandíbula humana (12-24 toneladas). Sus dientes son grandes, aserrados, de forma triangular y muy anchos con los cuales desgarran su comida, detrás de las dos hileras de dientes principales, posen dos o tres más en continuo crecimiento que suplen la frecuente caída de dientes con otros nuevos y se van reemplazando por nuevas hileras a lo largo de su vida. Sus ojos son pequeños y completamente negros y en su lomo de forma muy desarrollada la aleta dorsal inconfundible para cualquiera. Su tamaño está comprendido entre los 4 y 5 metros  aunque algún ejemplar a rondado los 7 metros y 2000 kg.
 
Los tiburones blancos tienen un avanzado metabolismo que les permite mantenerse más calientes que el agua que les rodea, pero no lo suficiente como para poblarlos océanos ártico y antártico.
En España es frecuente en el levante mediterráneo, islas Baleares, norte de Cataluña,  y finalmente en Andalucía, principalmente en la bahía de Almería y en
.el estrecho de Gibraltar. Desde el año 2011 el tiburón blanco es una especie protegida, en base al Real Decreto 139/2011, lo que hace que esta especie esté retornando a las costas españolas, con avistamientos en las costas del sureste peninsular, en el litoral del cabo de Gata, en Almería, y en las islas Columbretes.

Normalmente se mantiene a una cierta distancia de la línea costera, acercándose sólo en aquellas zonas con especial concentración de atunes, focas, pingüinos u otros animales de hábitos costeros. Igualmente, suele permanecer cerca de la superficie, aunque ocasionalmente desciende hasta cerca del kilómetro de profundidad. 



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